Los días previos a comenzar la ruta visitamos Los Ángeles. Mientras estuvimos en esta ciudad, aprovechamos para reservar y alquilar un coche en la compañía Avis.
El primer día de la ruta comenzaba yendo a recoger el coche. Cave recalcar que los coches en alquiler en Estados Unidos son automáticos. La diferencia con un coche manual está en que no hay pedal de embrague ni cambio de marchas. La dificultad está en acostumbrarse a ello pero son fáciles de manejar.
Una vez todo listo, comenzamos nuestro viaje rumbo a Arizona. Hay que resaltar dos cosas a la hora de salir de Los Ángeles:
- Se tarda mucho tiempo (sobre todo si partes de algún lugar cerca de la costa), ya que es una ciudad muy extensa.
- Hay mucho tráfico a todas horas. Lo mejor es evitar las horas de entrada y salida del trabajo (entre 7-9am y entre 5-6pm).
Éramos conscientes de que el viaje sería largo y cansado pero la ruta se disfruta mucho y estábamos muy emocionados.
Tras dejar atrás Los Ángeles y conducir varias horas, llegamos a Needles donde paramos a descansar y a comer. Es una ciudad de California que hace frontera con Arizona y muy cerca está de la frontera con Nevada. Comimos un par de hamburguesas y sandwiches en una cafetería llamada Juicy’s River Café (típico dinner americano de película).
Juicy’s River Café.
El calor en el exterior era insoportable, la temperatura indicaba casi 50 grados. Por eso nos metimos en el coche enseguida y decidimos volver a la carretera para llegar cuanto antes a nuestro destino.
Entrados ya en Arizona, por la tarde/noche llegamos al pueblo de Tusayan, que está muy cerca del Parque Nacional del Gran Cañón. Existen dos opciones de hospedaje: dentro o fuera del parque nacional. Nosotros escogimos hospedarnos fuera en el hotel Best Western Premier Grand Canyon Squire de Tusayan porque es una cadena de hoteles asequible y recomendable.
Tras el check in, aprovechamos para pasear por el pueblo, cenar y sobre todo descansar ya que el día siguiente iba a ser intenso.
Lunes, 20 de junio de 2016.